Cuenta con apenas el 8.91 por ciento del padrón de afiliados que el propio instituto político solicitó para los nuevos partidos en 2003; el número mínimo de militantes debe ser de 170 mil 788 y actualmente tiene 16 mil 668 miembros
Renato Consuegra
Cachirul se dice de alguien que no cumple con ciertos requisitos o presenta documentación amañada. Por ejemplo, en 1987 varios jugadores de la selección juvenil de futbol de México fueron sorprendidos con mayor edad de la reglamentaria y la sanción a nuestro país fue eliminarlo del Mundial de Italia; cachirules recientes fueron los toros del festejo del 29 de enero en la Plaza México. Algo parecido sucede con el Partido Verde Ecologista de México que sólo cuenta con el 8.91 por ciento de los afiliados que el propio instituto político propuso en 2003 para los nuevos partidos o la conservación del registro de los ya existentes.
El 28 de octubre de 2003 el Verde presentó una iniciativa en el Senado de la República a fin de incrementar al doble los requisitos para que las agrupaciones políticas obtengan su registro como Partidos Políticos Nacionales.
“Estamos ciertos que la formación de nuevos partidos políticos son la consecuencia de nuevas fuerzas que no tienen cabida en el marco ideológico y político de los partidos existentes. Pero también estamos ciertos que el registro de un nuevo partido político, debe ser el reconocimiento legal de una corriente política connotada y con una base social significativa”, decía la exposición de motivos.
Pero los verdes de Jorge Emilio González Martínez y su padre, Jorge González Torres, igual que los verdes de la selección mexicana de fútbol, no contaban con que sus propias trampas para bloquear a nuevos partidos se les pudieran revertir, ya que el artículo 38 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales dice en su inciso C que son obligaciones de los partidos políticos nacionales “mantener el mínimo de afiliados en las entidades federativas o distritos electorales, requeridos para su constitución y registro”.
Es decir, que no sólo es fundamental obtener el 2 por ciento de los votos en cada elección para mantener el registro, sobre todo cuando se permite la posibilidad de formalizar alianzas como la recientemente hecha por este partido con el Revolucionario Institucional, sino que si se aplica literalmente el artículo antes citado, no sólo deben ser “una corriente política connotada”, sino demostrar en los hechos que cuentan “con una base social significativa”.
De tal forma, gracias a las reformas promovidas por el Verde, hoy el artículo 24 del COFIPE dice que los requisitos son “contar con 3 mil afiliados en por lo menos 20 entidades federativas, o bien tener 300 afiliados en por lo menos 200 distritos electorales uninominales, los cuales deberán contar con credencial para votar con fotografía correspondiente a dicha entidad o distrito, según sea el caso”.
Añade la norma electoral que “bajo ninguna circunstancia, el número total de sus afiliados en el país podrá ser inferior al 0.26% del Padrón Electoral Federal que haya sido utilizado en la elección federal ordinaria inmediata anterior a la presentación de la solicitud de que se trate”.
Así las cosas, el número mínimo de afiliados o militantes que debe tener todo partido político tras la elección federal de 2003, donde hubo 65 millones 688 mil 49 ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral, se colige que es 170 mil 788 personas.
Pero resulta que de acuerdo con la escritura pública 20,952 de fecha 31 de octubre del 2005 —de la cual Vértigo tiene copia— el Notario Público 142, Daniel Luna Ramos, señala que una vez realizada la compulsa del padrón de militantes y del quórum de las asambleas estatales del instituto político, se desprende que el PVEM está integrado por apenas 16 mil 668 miembros.
De acuerdo con la compulsa solicitada por los asesores del PVEM, Fernando Garay Palomino y Enrique Aubry de Castro Palomino, en este escenario el partido de la familia González apenas logra tener cautivos al 8.91 por ciento de los afiliados que se necesitan para conservar el registro.
Es preciso recordar que el PVEM inicialmente sólo se llamó Partido Ecologista y no pudo mantener el registro en 1991, puesto que únicamente logró el 1.48 por ciento de la votación.
En 1993 con el nuevo nombre, se registró con 86 mil afiliados.
Y en este caso tampoco mantiene el número de militantes que tuvo al momento de su Asamblea Constitutiva —tendrían que ser 51 mil 582— lo que demuestra que contraviniendo sus propias declaraciones en aquella reforma electoral de 2003, esta corriente política no cuenta con base social alguna, por lo que inmerecidamente mantiene el reconocimiento legal.
El problema es que este partido familiar hace trampa con la protección de los órganos electorales que como hemos visto en sus últimas resoluciones, protegen a una élite política compuesta por gente ligada al poder económico. Y de ello han dado muestras tanto el órgano administrativo, el Instituto Federal Electoral que desde el 2 de diciembre pasado certificó las copias base de este reportaje, como el jurisdiccional, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Gracias a esta protección el cachirul PVEM ha logrado obtener recursos del Estado mexicano por mil 614 millones 872 mil 770.58 pesos al 31 de diciembre de 2005.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
Renato Consuegra
Cachirul se dice de alguien que no cumple con ciertos requisitos o presenta documentación amañada. Por ejemplo, en 1987 varios jugadores de la selección juvenil de futbol de México fueron sorprendidos con mayor edad de la reglamentaria y la sanción a nuestro país fue eliminarlo del Mundial de Italia; cachirules recientes fueron los toros del festejo del 29 de enero en la Plaza México. Algo parecido sucede con el Partido Verde Ecologista de México que sólo cuenta con el 8.91 por ciento de los afiliados que el propio instituto político propuso en 2003 para los nuevos partidos o la conservación del registro de los ya existentes.
El 28 de octubre de 2003 el Verde presentó una iniciativa en el Senado de la República a fin de incrementar al doble los requisitos para que las agrupaciones políticas obtengan su registro como Partidos Políticos Nacionales.
“Estamos ciertos que la formación de nuevos partidos políticos son la consecuencia de nuevas fuerzas que no tienen cabida en el marco ideológico y político de los partidos existentes. Pero también estamos ciertos que el registro de un nuevo partido político, debe ser el reconocimiento legal de una corriente política connotada y con una base social significativa”, decía la exposición de motivos.
Pero los verdes de Jorge Emilio González Martínez y su padre, Jorge González Torres, igual que los verdes de la selección mexicana de fútbol, no contaban con que sus propias trampas para bloquear a nuevos partidos se les pudieran revertir, ya que el artículo 38 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales dice en su inciso C que son obligaciones de los partidos políticos nacionales “mantener el mínimo de afiliados en las entidades federativas o distritos electorales, requeridos para su constitución y registro”.
Es decir, que no sólo es fundamental obtener el 2 por ciento de los votos en cada elección para mantener el registro, sobre todo cuando se permite la posibilidad de formalizar alianzas como la recientemente hecha por este partido con el Revolucionario Institucional, sino que si se aplica literalmente el artículo antes citado, no sólo deben ser “una corriente política connotada”, sino demostrar en los hechos que cuentan “con una base social significativa”.
De tal forma, gracias a las reformas promovidas por el Verde, hoy el artículo 24 del COFIPE dice que los requisitos son “contar con 3 mil afiliados en por lo menos 20 entidades federativas, o bien tener 300 afiliados en por lo menos 200 distritos electorales uninominales, los cuales deberán contar con credencial para votar con fotografía correspondiente a dicha entidad o distrito, según sea el caso”.
Añade la norma electoral que “bajo ninguna circunstancia, el número total de sus afiliados en el país podrá ser inferior al 0.26% del Padrón Electoral Federal que haya sido utilizado en la elección federal ordinaria inmediata anterior a la presentación de la solicitud de que se trate”.
Así las cosas, el número mínimo de afiliados o militantes que debe tener todo partido político tras la elección federal de 2003, donde hubo 65 millones 688 mil 49 ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral, se colige que es 170 mil 788 personas.
Pero resulta que de acuerdo con la escritura pública 20,952 de fecha 31 de octubre del 2005 —de la cual Vértigo tiene copia— el Notario Público 142, Daniel Luna Ramos, señala que una vez realizada la compulsa del padrón de militantes y del quórum de las asambleas estatales del instituto político, se desprende que el PVEM está integrado por apenas 16 mil 668 miembros.
De acuerdo con la compulsa solicitada por los asesores del PVEM, Fernando Garay Palomino y Enrique Aubry de Castro Palomino, en este escenario el partido de la familia González apenas logra tener cautivos al 8.91 por ciento de los afiliados que se necesitan para conservar el registro.
Es preciso recordar que el PVEM inicialmente sólo se llamó Partido Ecologista y no pudo mantener el registro en 1991, puesto que únicamente logró el 1.48 por ciento de la votación.
En 1993 con el nuevo nombre, se registró con 86 mil afiliados.
Y en este caso tampoco mantiene el número de militantes que tuvo al momento de su Asamblea Constitutiva —tendrían que ser 51 mil 582— lo que demuestra que contraviniendo sus propias declaraciones en aquella reforma electoral de 2003, esta corriente política no cuenta con base social alguna, por lo que inmerecidamente mantiene el reconocimiento legal.
El problema es que este partido familiar hace trampa con la protección de los órganos electorales que como hemos visto en sus últimas resoluciones, protegen a una élite política compuesta por gente ligada al poder económico. Y de ello han dado muestras tanto el órgano administrativo, el Instituto Federal Electoral que desde el 2 de diciembre pasado certificó las copias base de este reportaje, como el jurisdiccional, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Gracias a esta protección el cachirul PVEM ha logrado obtener recursos del Estado mexicano por mil 614 millones 872 mil 770.58 pesos al 31 de diciembre de 2005.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx