diciembre 16, 2005

Las redes ciudadanas, maquinaria electoral que va por el “carro completo”




Renato Consuegra

Inicialmente planteadas como una forma de potenciar la escasa y poco operativa estructura electoral perredista en todo el país, las redes “ciudadanas” de apoyo a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador se transformaron ya no sólo en una agrupación paralela al PRD para ganar la elección presidencial de 2006, sino en una maquinaria electoral cuyo tercer objetivo es construir una mayoría que le de el respaldo necesario en el Congreso de la Unión, a fin de poder realizar las reformas constitucionales que le permitan tener mayores márgenes de gobernabilidad como en la era priísta previa a los tecnócratas.
Sin embargo, hoy los perredistas de viejo cuño, aquellos que se formaron en la izquierda o participaron en la fundación del partido, ven con cierta impotencia cómo el pragmatismo que presumen los llevará al poder, a la vez, los separa del partido, y al interior del PRD comienzan a mostrar su “callado” descontento.
Sobre todo porque a ese aproximadamente 70 por ciento de integrantes de las redes “ciudadanas” que harán del PRD un nuevo PRI en el caso de que ganen la elección de 2006, recientemente les restaron espacios para las candidaturas uninominales y plurinominales por la alianza con los partidos del Trabajo y Convergencia.
Un estudio en nuestro poder, realizado por estos perredistas en alerta máxima, destaca que los coordinadores del neoperredismo son cinco: Socorro Díaz Palacios, Manuel Camacho Solís, Adán Augusto López (sustituyó a César Raúl Ojeda Zubieta, quien competirá nuevamente por la gubernatura de Tabasco), José Agustín Ortiz Pinchetti y Ricardo Monreal Ávila.
La idea de López Obrador y su primer equipo“compacto”, al que se integró Federico Arreola Castillo, fue dividirse el trabajo por circunscripciones para sumar gente no tanto a sus redes, como lo hicieron en el proceso de 2000 los Amigos de Fox, sino de buscar y lanzar a candidatos con estructura electoral y trabajo en las bases, que le hagan la campaña al candidato presidencial.
Pero, que, a la vez, estos candidatos tengan grandes posibilidades de ganar en sus distritos, porque advirtieron que la carencia de estructura del PRD y las antipatías que estos tienen en algunos estados de la República, no les permitiría convertir en votos la simpatía generada por la figura de López Obrador.
Entonces, lo que empezaron a buscar fueron perfiles ganadores, sin importar que podrían ser priístas, panistas, petistas, ex de Convergencia o funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno.
A esta labor se han dedicado los operadores políticos de López Obrador: Socorro Díaz en Baja California, Baja California Sur, Colima, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora; Manuel Camacho en Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas.
Adán Augusto López trabaja en Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Veracruz, Yucatán y Tabasco; Ortiz Pinchetti en el Distrito Federal, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, y; Ricardo Monreal en Guerrero, Estado de México y Michoacán.

Puesto de mando

De acuerdo con la información obtenida, el puesto de mando de la campaña de Andrés Manuel López Obrador está compuesto de, por los menos tres círculos muy cercanos.
Su primer equipo compacto, en el que destacan el ex gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal, quien se encarga de buscar el acercamiento con los expriístas e, incluso, con los actuales gobernadores del PRI, que en un momento dado, si la candidatura de Roberto Madrazo no tiene posibilidades de triunfar, pudieran jugar sus canicas, entendidas estas como estructura y candidatos, a partir de marzo con el candidato del PRD.
Muchos dicen de Monreal que no sólo es su enlace político, sino que por el ánimo integracionista y apertura política, Monreal es como el Secretario de Gobernación de la campaña.
El caso de Manuel Camacho no es diferente. Sin duda, es uno de los pilares de la estrategia lopezobradorista. Pero además de la relación en los estados que le corresponden dentro de la estrategia nacional, Camacho se dedica al orden internacional. Él es quien va a los Estados Unidos a tocar las puertas de las grandes empresas transnacionales, a los periódicos, etc.
Pero también otro de los que operan a López Obrador es su hermano Pío. Fue él quien organizó la primera de las redes ciudadanas en Tabasco. Participa también en las reuniones de todos los martes en la casa de campaña. Es de los que no se ven, de los que no aparecen públicamente, pero tiene voz y voto en las decisiones del primer círculo.
Este primer círculo lo completan el encargado de la logística de las giras, su ex secretario particular en el Gobierno del Distrito Federal y sustituto de René Bejarano, Alejandro Esquer, y el responsable de los recursos para la campaña, el actual secretario de Finanzas del Gobierno del Distrito Federal, Arturo Herrera, quien para no incurrir en irregularidades en su trabajo como funcionario público, aprovecha los fines de semana para “acordar” muy discretamente con López Obrador, incluso cuando el candidato anda de gira.

Consejo Consultivo

Un segundo círculo alrededor de Andrés Manuel López Obrador es el integrado por los miembros del llamado Consejo Consultivo para la campaña, liderado por Porfirio Muñoz Ledo, donde hay perredistas, pero sobre todo un grupo de ex priístas que serán, sin duda alguna, los acaparadores de los primeros lugares en las listas plurinominales para las diputaciones y senadorías, además de algunos que se podrían colar al gabinete.
Entre los perredistas se encuentran la ex cardenista Ifigenia Martínez, Saúl Escobar, Jorge Calderón y Alfonso Ramírez Cuellar.
Y personalidades que se hicieron y tuvieron cargos importantes como priístas, tal es el caso de Roberto Campa Cifrián, carcano a Elba Esther Gordillo; Enrique Ibarra Pedroza, ex precandidato a gobernador de Jalisco y representante del PRI en el IFE, además de diputado federal; Ignacio Ovalle, ex diputado federal y José Ángel Pescador, ex secretario de Educación Pública.
Pero también se encuentra en ese grupo gente como Mariclaire Acosta, ex subsecretaria de Derechos Humanos y Democracia de la Secretaría de Relaciones Exteriores; Víctor Flores Olea, Agustín Basave, ex presidente de la Fundación Colosio; David Ibarra Muñoz, ex secretario de Hacienda y Crédito Público, José Agustín Ortiz Pinchetti, ex secretario general de Gobierno del DF, ex consejero y operador de las redes ciudadanas; Yeidckol Polevnsky, presidenta de la Canacintra y ex candidata del PRD al gobierno del Estado de México; Enrique Semo, escritor y ex secretario de Cultura del DF, y Alfonso Sánchez Anaya, ex gobernador de Tlaxcala y su esposa, la senadora Maricarmen Ramírez.

Consejo de asesores

El 11 de octubre Andrés Manuel López Obrador anunció la integración de un consejo de asesores de su campaña política, que es considerado como la materia gris de la campaña, el cual está conformado por Juventino Castro y Castro, ministro retirado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, asesorará a López Obrador en materia de estado de Derecho; Enrique González Pedrero, será sus ojos en lo que corresponde a política interior; Luis Villoro le brindará asesoría en todo lo concerniente a la materia social; la escritora y periodista Elena Poniatowska lo hará en un ramo muy importante y que le puede hacer llegar muchos votos, como es la cultura; José María Pérez Gay enfocará sus aportes en asuntos de política exterior; y Rogelio Ramírez de la O será el visor prospectivo de los asuntos económicos, todos ellos coordinados por el abogado Javier Quijano.

Molestia perredista

Una pieza importante en todo el esquema del equipo de campaña y las redes creadas por López Obrador lo es sin duda Leonel Cota Montaño, su enlace con el partido, porque si bien el PRD por sí solo no le garantiza el triunfo electoral, un desmembramiento temprano del instituto político o un alejamiento de la izquierda que aún pervive, serían catastróficos para el 2 de julio de 2006.
Es Cota quien en los últimos días ha logrado sortear las molestias de los perredistas como Guadalupe Naranjo, secretario general del partido ligado a Jesús Ortega, pues fue sacado de la reunión donde acordaron la alianza con Convergencia, y es la fecha que no sabe bien a bien cuáles fueron los acuerdos entre Dante Delgado, López Obrador y la presidencia del PRD.
Tal molestia se tradujo en que para aprobar la alianza, estuvieron a punto de perderla, pues la votación fue de 9-8 en el Comité Ejecutivo Nacional.
Una situación similar sucedió tres semanas atrás cuando Cota quería modificar los acuerdos del Consejo Político para los Distritos Reservados para miembros del PRD, pues ya tenían aprobados 108 distritos base, de los cuales no iba a tocar ni uno sólo para los acuerdos de López Obrador.
Y todo porque querían trastocar aquellos acuerdos para abrir 56 candidaturas para Convergencia.

La estructura electoral

De hecho la estrategia electoral visualizada a partir de las redes “ciudadanas” se ha comenzado a conformar, por ejemplo, con varios ex candidatos a gobernadores que perdieron en sus estados, pero tienen detrás suyo un trabajo electoral reciente, estructura y, por tanto, una buena cantidad de votos probables sobre los que habría que imponer la figura de López Obrador.
De tal forma, para el senado ya se han destacado Dante Delgado por Veracruz, Layda Sansores por Campeche, Juan Ignacio García Zalvidea, apenas salga de su conflicto penal, en Quintana Roo; Luis Walton en Guerrero, Gabino Cué en Oaxaca, Jesús Orozco Alfaro en Colima, Máximo Gámiz en Durango, Yeidckol Polevsnky en el Estado de México, además de otros personajes como el ex secretario particular del presidente Vicente Fox, AlfonsoDurazo Montaño, quien iría por Sonora, aunque busca la posibilidad de no hacer campaña e ir a las plurinominales.
El mismo caso sucede con los probables candidatos a diputados, donde gente con estructura por sus actividades recientes, están coordinando las redes en los estados, como sucede con el ex priista Benjamín Granados Garnica, ex delegado de la Secretaría de la Reforma Agraria durante más de 10 años, en Campeche; o Jorge Zarzoza, ex presidente del PAN en Gómez Palacio; o Soledad Ruiz, ex lideresa del PRD con sus derechos partidistas suspendidos, en Durango.
Es el caso también de Gilberto Parra, ex presidente del PRD en Jalisco, ex diputado federal y hoy dirigente del movimiento Braceroproa; del ex subsecretario de Gobernación y ex diputado federal priísta en San Luis Potosí, Juan Ramiro Robledo; de Juan Manuel Viedas, ex líder estatal de Convergencia; de Luz María Beristáin, ex presidenta del PRD en Quintana Roo y Miguel Ángel Navarro en Nayarit, quien ahora iría por una diputación federal, luego de su derrota como candidato a gobernador por el PRD, siendo senador priista.
Incluso, existe una versión que no se ha podido confirmar dentro del PRD, de que tanto Ricardo Monreal como Manuel Camacho Solís han buscado a personajes importantes del PRI, alejados hoy de Roberto Madrazo, quienes con su sola presencia podrían atraer a sus simpatizantes, que no son pocos, como son sus ex presidentes Genaro Borrego Estrada y Dulce María Sauri Riancho.
Es decir, López Obrador ha abierto los brazos a todo aquel que se acomode en su estructura con una única intención: ganar, y ganar, como en el viejo PRI, con carro completo.