junio 28, 2004

Prevención y solución a los problemas

Entrevista a Moisés Moreno Hernández

Prevención y solución a los problemas generadores de la delincuencia, son la única solución viable

El aumento de las medidas punitivas sólo complica la solución a los conflictos de la inseguridad; es necesario que las penas actuales se apliquen, se dejen de politizar los debates sobre el tema y se emprenda una fuerte lucha contra la corrupción y la impunidad, advierte el presidente del Centro de Estudios de Política Criminal y Ciencias Penales
(2004-06-28)

El problema de la inseguridad pública en el Distrito Federal y el país entero no se resolverá con aumento en las penas, modificación de las leyes, más cárceles o crecimiento del número de policías, porque hacerlo así sólo representaría una pequeña solución y en ocasiones la complicaría; para combatir eficazmente a la delincuencia es necesario adoptar un programa integral para hacer frente no sólo a los secuestros, sino a todo tipo de delincuencia.
Este programa integral enmarca las medidas punitivas y, de manera fundamental, la prevención y atención a los problemas que generan la delincuencia. También es necesario evitar la politización de los debates en torno al problema, para hacer las reglas lo suficientemente coherentes, además de combatir fuertemente el fenómeno de la corrupción y la impunidad, porque no tiene caso que se aumenten las penas si no se aplican en los casos concretos.
Así piensa el doctor en derecho, Moisés Moreno Hernández, coautor de la Ley contra la Delincuencia Organizada, creada en 1996; además de ex subprocurador general de la República, ex director del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) y actual presidente del Centro de Estudios de Política Criminal y Ciencias Penales.
Moreno Hernández es considerado como el mejor académico penalista en México por el doctor Eugenio Raúl Zaffaroni y el juez español Baltasar Garzón.
El también licenciado en Derecho por la Universidad Veracruzana opina que el problema de la inseguridad no es un fenómeno actual; cada determinado tiempo hay ciertos fenómenos que se hacen más patentes y actualmente uno de ellos es el de los secuestros; esto provoca reacciones ciudadanas como será la marcha del domingo 27.
“No puedo decir que el Estado se haya quedado cruzado de brazos. El Estado siempre ha actuado, pero el problema es que su actuación no ha podido satisfacer las expectativas de la sociedad”, expresó el académico.
La inseguridad, agrega, no sólo la provocan los secuestros, sólo que se da más publicidad a unos sobre otros y adquieren mayor impacto entre la sociedad, pero están los robos que se cometen a diario en números enormes, los homicidios, los fraudes, las violaciones y otros.
Hoy por todos lados se habla de secuestros y esto es lo que ha provocado un cuestionamiento sobre si las medidas que hasta ahora han sido adoptadas son eficaces o no.
Para Moreno Hernández, “independientemente de que se han venido adoptando medidas por parte de las distintas dependencias del Estado como son Seguridad Pública, la Procuraduría o el Tribunal, hace falta que se adopte una medida más integral para hacerle frente no sólo a los secuestros sino a todo tipo de delincuencia que aqueje a la sociedad. Hace falta diseñar todo un programa integral de política pública para enfrentar eficazmente el problema de la delincuencia”.
Y cuando hablamos de programa integral, añade, no se refiere únicamente a las medidas represivas que son las más comunes y de las que se hace uso. “Siempre estamos hablando de aumentar las penas, de modificar las leyes, aumentar las cárceles, las policías, etcétera, pero se ha observado que en realidad esta es sólo una pequeña solución que no trae como consecuencia combatir eficazmente a la delincuencia”.
Entonces, “lo que hace falta es el diseño de un programa integral donde debe resaltarse fundamentalmente un sistema de prevención de la delincuencia que involucre a todas las dependencias tanto del gobierno federal como de cada entidad federativa”, para efectos de que cada uno de ellos haga lo necesario en el cumplimiento de las funciones que le correspondan.
Pero, por otra parte, también adquiere una gran importancia la movilización de la ciudadanía que cada vez participa más. “Por ejemplo, esto de la marcha del domingo 27 es una expresión que debe servir para efecto de concienciar a la gente de que no sólo debe exigir, sino también participar tanto en el diseño de las medidas que el Estado debe adoptar, como en su aplicación para que realmente se pueda, de manera conjunta, alcanzar los objetivos”.

La prevención

De acuerdo con lo que se establece en la teoría y también en la práctica, se habla de dos tipos de prevención.
La prevención general, que es la adopción de medidas dirigidas a todos los miembros de la sociedad, para lograr que esta se abstengan de cometer delitos y de esa manera prevenir. Es decir, actuar antes de que se cometan los delitos.
Para Moreno Hernández, esto plantea la necesidad de que quienes tienen la función de hacer las medidas tengan un conocimiento previo, claro, preciso, de por qué se cometen ciertos delitos. Es decir, cuáles son las causas por que se generan estas conductas delictivas, para que con base a estos conocimientos, se puedan dirigir las medidas hacia aspectos concretos.
“Si se hiciera uso de este tipo de medidas, sin duda estaríamos hablando de un problema de una magnitud distinta al que actualmente se está planteando”, expresa el autor de diversos trabajos de investigación en materia penal y política criminal, entre ellos del libro Política criminal y reforma penal: algunas bases para su democratización en México.
Esto podría permitir que el sistema penal en todos sus aspectos tuviera mayores posibilidades de actuar con más eficacia, porque no estaría tan abrumado, tan saturado como está ahora, porque actualmente al no aplicarse esas medidas de prevención, únicamente se está reaccionando una vez que ya se cometen los delitos.
Entonces, ahí es donde se observa que ante la cantidad de delitos que se cometen la policía no resulta suficiente, el MP tampoco, las cárceles tampoco y no obstante que solamente como ya se ha reconocido oficialmente, un porcentaje mínimo de los hechos que se cometen se denuncian, un porcentaje mínimo de los que se denuncian se llegan a investigar y se les inicia proceso, y todavía es menor el caso de los que llegan a sentencia.
“Si se plantea por qué se cometen robos, si se determina que hay una cierta relación con los problemas laborales y económicos por la falta de trabajo, entonces se puede plantear la necesidad de que las políticas laborales y económicas se enfoquen adecuadamente al logro de esos objetivos, para que a partir de ellos también se incida en la prevención de hechos delictuosos; lo mismo sucede para los problemas educativos, de salud y todos los que tienen que ver con esto”, explica.
El otro aspecto de la prevención es el que se deriva del propio funcionamiento del sistema de justicia, cuando se plantean medidas de tal manera que cuando cumplan su sanción, estén en condiciones de no volver a delinquir. “Pero esto implica que hay que esperar a que delincan para buscar cómo resocializarlos o readaptarlos. Y dada la condición como se encuentran nuestras cárceles, esto es realmente utópico”.
Entonces, de acuerdo con los estudios realizados al respecto y su experiencia en la función pública, Moreno Hernández expresa que “esa no debe ser una de las medidas a privilegiar en los tiempos actuales”.

Medios de control ineficaces

La percepción general es que la delincuencia organizada ha derrotado a los instrumentos del Estado; ante el problema del narcotráfico ocasionalmente se detiene a importantes miembros de una organización delictiva, y no obstante esos importantes logros, se sigue observando que ese fenómeno lejos de disminuir va en aumento.
De manera que “esto implica que los medios de control del Estado han resultado insuficientes”. Pero también lo que ha buscado el Estado es competir con los delincuentes en una carrera por modernizar sus formas de funcionar, sus equipos, sus instrumentos y demás.
“Pareciera que se está frente a una competencia para ver quién puede más y no en una real situación de cómo enfrentar de una manera más eficaz al problema de la delincuencia. Creo que el desarrollo que ha tenido este fenómeno y la percepción que se tiene en la colectividad debe exigir una actuación mucho más eficaz por parte de los órganos del Estado”.
Esa actuación más eficaz debe ser sobre todo por parte de la policía, que tiene la función de intervenir en las investigaciones dirigidas por el Ministerio Público. Esto implica contar con personal cada vez más calificado, más profesional y con un sentido de ética de la función pública.
“Un fenómeno que habrá que combatir fuertemente es el de la corrupción, donde se plantea también modificar las estrategias de selección del personal que las propias instituciones van introduciendo, porque muchas veces se capacita a esta gente y al cabo de un tiempo cambian de bando”.

Infuncionalidad y politización

Moreno Hernández recordó que cuando participó en la elaboración de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, ellos presentaron un proyecto que después fue sometido al Congreso de la Unión y ahí recibió importantes modificaciones.
“Nosotros no planteábamos sólo el aspecto represivo del problema. No íbamos a establecer únicamente qué es la delincuencia organizada, cuáles son los delitos que se ven involucrados en ésta o cuáles son las estrategias procesales para enfrentarla. La idea era establecer todo un aspecto relativo a cómo prevenir este problema, sabiendo, por ejemplo, como este problema abarca a su vez diversas figuras delictivas, cada una con sus diversas características; eso planteaba la necesidad de establecer estrategias de prevención para el lavado de dinero, para el tráfico de drogas, para el problema del terrorismo, de tráfico de indocumentados, del secuestro, el robo de vehículos entre muchos otros, pero este aspecto no pudo avanzar mayormente y hasta ahora no se ha desarrollado”.
La carencia de un verdadero programa de prevención se ha visto rebasado con frecuencia porque quieren dar respuestas inmediatas a las exigencias que plantea la colectividad, pero estas respuestas inmediatas son muy apresuradas y puestas en práctica sin ser analizadas con el debido detenimiento para ver qué tanto van a funcionar.
“Eso ha hecho que después de unas reformas, luego vengan otras porque aquellas resultaron ineficaces, insuficientes. Pero creo que si estamos ante un problema tan importante, debemos tomarnos el tiempo suficiente para diseñar toda una política, una serie de estrategias donde se vea a largo plazo su funcionalidad”, añade Moisés Moreno Hernández.
Asimismo, el académico advierte que la politización de las discusiones sobre la inseguridad es otro aspecto que impide el avance de las cosas como son planteadas por los expertos, “porque hay opiniones de todo tipo y eso hace que las estrategias no resulten lo suficientemente coherentes, sino que se van mezclando una serie de criterios que generalmente son infuncionales”.
Esto es lo que ha sucedido con la prevención. “Siempre que escuchamos aquello de que ‘ahora vamos a funcionar más eficazmente, vamos a ser más duros, vamos a endurecer las penas’, me pregunto: ¿Qué caso tiene que en los códigos penales se aumenten las penas si estas no se aplican en los casos concretos?”.
Pero ese no es el camino. De acuerdo con Moreno Hernández, lo que se requiere “es simplemente que las penas existentes, ya de por sí demasiado elevadas, se hagan efectivas. Y esto implica que los hechos que se cometen, se investigan realmente y que los delincuentes realmente vayan a un proceso y lleguen a una sentencia. Sólo de esa manera se verá que el sistema de justicia funciona realmente”.

junio 14, 2004

De política seria hablamos los ciudadanos

Entrevista a Raquel Pankowski

De política seria hablamos los ciudadanos
La actriz que caracteriza a Marta Según afirma que los llamados actores políticos son toda una caricatura, imposible de superar por los intérpretes teatrales, porque cada día le meten más ganas a su papel de comediantes de la vida nacional
Cuando la topé en una recepción en la que coincidimos, se me ocurrió decirle “buenas noches señora Marta”, y se soltó con todo un parlamento de la obra que la hizo famosa, La Marta del Zorro, aderezado con algunas ocurrencias del momento. Ahí nació la idea de entrevistar a la actriz Raquel Pankowski sobre la política en serio o la política seria.
Y así como es hábil para la interpretación del personaje de su creación, Martha Según, lo es también para definir lo que sucede en este momento con la política y los políticos.
En resumen, tanto ella como cada vez más gente, se encuentra desilusionada porque hoy se hace realidad todo aquello que de alguna forma se fue aprendiendo en la filosofía popular, como que ser político es sinónimo de corrupto o que cada día políticos y ciudadanos comunes vivimos en mundos diferentes.
Pero, sobre todo, pone énfasis en que el fanatismo y temor de los mexicanos no permite que nos atrevamos a poner un alto a los gobernantes abusivos a quienes se les ve como semidioses, pero debemos entender que son nuestros empleados y nos salen bastante caros como para que todavía continúen la burla con su forma de actuar frente al país.
—¿Raquel, se puede hablar de la política en serio o de política seria?
—“De la política seria sí podemos hablar, y esa la hablamos los ciudadanos que estamos interesados en el país. En cambio, los actores políticos han resultado más cómicos que cualquier actor. Creo realmente que los actores de teatro difícilmente llegaremos a superar a los actores políticos porque ¡hacen cada cosa! Son toda una caricatura. Luego uno se pregunta: ¿No les dará vergüenza? Pero parece que no, porque cada día le meten más ganas. No logro comprender qué motor les impulsa o como dirían en otro lado, qué jabón los patrocina. Luego uno se dice: Yo no pude haber votado por estas cosas”.
La entrevista se desarrolla en la Casa de los Cántaros, previo a uno de los ensayos que Raquel Pankowski tiene para su debut en una nueva sátira política con el personaje que la ha hecho famosa, ahora con el título La Marta con... ¿votas?, un monólogo de alrededor de una hora.

Universos distintos

En una de las mesitas destinadas al público, la intérprete del personaje Marta Según destaca: “Ante esta realidad hago sátira política porque o nos reímos o nos pegamos un balazo... O tendríamos que irnos de este país y que vengan otros a ver si los aguantan, o sacarlos a ellos porque juntos creo que no podemos, vivimos en dos universos totalmente diferentes. Y lo que nos participan de su universo me parece terrible, deleznable y frustrante”.
—Superan una interpretación actoral y muchas ocasiones también la ciencia ficción.
—“Sí y por mucho. Además, ya están acostumbrados a hablar de políticos como si fueran los actores, los actores y los actores. Ya no dicen un político o el secretario tal. Ya dicen: los actores políticos, y sí son actores, comediantes todos, desde luego”.
Pankowski relata que escuchó “una frase que me pareció maravillosa del periodista David Páramo: que los políticos siempre hablan de lo que deberían hacer; que es como si un futbolista dijera: ‘es que deberíamos correr más rápido, es que deberíamos alcanzar la pelota’, es lo mismo. O sea, los políticos siempre hablan de lo que deberían hacer, pero que no están dispuestos a hacer porque, además, el pueblo les importa un comino. Para ellos somos votantes que tampoco importa si votamos o no, no existimos en sus vidas, somos ahí unos seres que quién sabe qué hacemos en su planeta”.
La actriz está bien enterada de la vida política del país. Lee cuatro periódicos diariamente, escucha noticiarios de radio y televisión, además de leer libros y revistas. Entre sus amistades siempre ponía el mal ejemplo de hablar de política, hasta que se decidió a interpretar a Martha Sahagún.
-“A mí me interesa mucho la política, y yo creo que cada ser humano trae puesto ya un destino, porque, por qué me iba a interesar la política y realmente me interesó y fue mi pasión absoluta. No sé manejar, entonces ando en taxis y a los taxistas les decía, hay que unirnos, este país es de nosotros, tenemos los gobiernos que tenemos porque nos dejamos, y entonces poco a poco estoy metida de cabeza en la política. No me interesa trabajar en la política pero me interesa lo que ocurre porque la política está en la mesa, la política está en nuestra vida, la política está en todo, de eso depende nuestra vida”.

Poder popular

—A partir de toda esta comedia en que han convertido la vida nacional, la gente se desilusiona cada día más.
—“A la gente no le cabe más desilusión. Ya no le interesa lo que hagan, la aburre todo este drama, y eso es terrible. Tenemos los políticos que tenemos porque justamente a la gente ya no le interesa, y la poca gente que le interesaba quedó totalmente desilusionada. Eso conviene mucho al gobierno que tenemos y a los gobiernos que vienen”.
Raquel Pankowski advierte que “el día que a la mayoría de la gente le interese la política, vamos a tener otro tipo de gobierno, pero hasta ahora lo que el pueblo no acabamos de entender es que el país depende de nosotros, si queremos un cambio de país lo tenemos que dar nosotros. No se trata de hacer una revolución, pero hemos visto, estemos de acuerdo o no, los zapatistas se unieron y han logrado cosas; los de San Salvador Atenco se unen, y nosotros tal parece que somos incapaces de unirnos a menos que ocurra una gran tragedia, y es que si no nos unimos va a ocurrir una gran tragedia en cualquier momento. No podemos permitir que nos sigan robando como nos han robado, no podemos permitir que agarren este país como botín, y lo vendan al mejor postor de una manera tan traidora, no podemos quedarnos como alelados, viendo pa’l techo, diciendo, pues ellos son así”.
Añade que “hemos aprendido que político y corrupto es la misma profesión, que van juntos y que pues así son, y nosotros no vamos a poder hacer nada y no es cierto. La corrupción hay que empezar a limpiarla desde arriba hacia abajo, como las escaleras, de otra manera no hay posibilidad y la verdad es que nuestra vida diaria esta diseñada justamente para que uno tope siempre con la corrupción”.
Por otro lado, afirma, “nuestra televisión, la religión, la educación, todos estos poderes están ligados y hacen un pueblo fanático, temeroso, que no se atreve. Los mexicanos no nos atrevemos, vemos a nuestros gobernantes como semidioses, y no alcanzamos a entender que son nuestros empleados, que nos salen caros y que si no sirven, pues que se vayan”.
En entrevista publicada en La Crítica del 31 de mayo, el analista Lorenzo Meyer aseguraba que la anarquía y pérdida de confianza en los actores políticos inclina a la población a la toma de simpatías por acciones autoritarias. Es el caso de la señora Pankowski, por ejemplo, quien asegura que terminaría poniendo “militares en las calles en vez de policías, pero no podemos seguir con estos secuestros, con estas condiciones, porque la policía está coludida con los rateros. Hay que buscar cosas radicales, pero mientras el pueblo estamos babeando no se va a dar”.
—Al buscar cosas radicales se le da entrada al autoritarismo.
—“Con el autoritarismo no estoy de acuerdo, pero lo que es la policía, el cuidado de los ciudadanos, tiene que ser algo distinto”.

Triste historia foxista

El problema principal, explica la actriz, es que México es un país de simulaciones y nadie hace lo que debe. “Los policías simulan que son policías, los rateros simulan que no son rateros, los políticos siempre dicen lo que deberían pero no están dispuestos a hacer y los ciudadanos aparentamos que nos interesa lo que sucede con el país pero nos da güeva pensar cómo componerlo, o sea, todo es un relajo”.
—Vicente Fox ya dio por terminado su sexenio, pero quedan dos años. ¿Qué debería hacer?
—“Qué debería, no sé, pero lo que va a hacer sí: Va a seguir defendiendo a Martita, ja, ja, ja. Es que, además, hay un rollo de pelearse con todo el mundo. Ya le aventó la caballada fuerte a Andrés Manuel (López Obrador), ahora va contra Felipe Calderón, la culpa de lo que no ha hecho se la hecha a la Cámara de Diputados, o sea es con quien más se va a pelear estos dos años”.—Algo tendría que hacer y no sólo pasar a la historia como quien sacó al PRI de Los Pinos.
—“Hay mucho quehacer. Mucha gente me dice: “es que pobrecito, no lo han dejado hacer nada”, y a mí me parece tan triste que se hable así de alguien que tiene todo el poder, y que además cuando empezó el sexenio tenía todo el capital político en sus manos. ¿Por qué no lo usó, no sé qué fue lo que pasó, pudo haber hecho tanto, pero por lo menos podría haberse ganado el respeto de la gente. Y dicen que el próximo presidente va a ser priísta, que parece que va a ser Miguel Alemán, pues entonces qué hacemos. Y es que la gente es capaz de votar por Alemán o por Roberto Madrazo, que sí son capaces”.
Agrega Raquel Pankowski que no entiende a los señores que hacen la política, porque “sería tan fácil pasar a la historia con el amor de todo el pueblo, sería tan sencillo que la gente los amara, los recordara bien, pero eso no les interesa; es que el dinero viene junto con esos cargos, el dinero lo tendrían de cualquier manera. ¿Qué no sentirán horrible de dejar el puesto y que la gente los deteste; debe ser horrible saber que dejaron en el hambre a cada vez más gente? Como mucha gente yo también estoy desilusionada, tan triste de que un país tan maravilloso, con tantas bendiciones, sea un país roto, corrupto, sucio, cuajado de rateros, secuestradores. La gente está desesperada, no cree en nada, usted va por la calle y ve a la gente caminar y es terrible verlos”.
—Usted desde su trinchera tiene muchas posibilidades, y también hace política.
—“Hay, yo digo muchas cosas, y este espectáculo que estoy haciendo está muy fuerte. No sé que tan hilarante pero es muy fuerte, y aquí hablo de muchas cosas yo espero que la gente se ría...”.
Entonces Raquel Pankowski se convierte en Marta Según, comienza un constante sesear y recita una parte del parlamento de su nuevo espectáculo:
“Hablo por ejemplo de la pobreza, digo que nosotros nunca prometimos acabar con la pobreza, nosotros prometimos acabar con los pobres y en eso estamos, quisimos aumentar el IVA a los alimentos y medicinas pero como los señores del Congreso a todo nos dicen que no, pues entonces decidimos hacer recortes al IMSS y al ISSSTE, y ahora si ya no hay nada, ya no hay jeringas, ya no hay algodón, ya no hay nada, ni alcohol, ni nada de nada. Si, hemos dado un paso muy importante para acabar con los pobres, y es a lo largo del todo el país, porque en el sureste nos hemos hecho tontos con las matanzas indígenas y en el norte nos hemos hecho tontos con las muertas de Juárez y así es como nuestra promesa se va cumpliendo poco a poco, poco a poquito y también fuera de nuestras fronteras, porque los migrantes casi nunca llegan vivos, porque o se ahogan o los gringos los confunden con jabalíes, entonces los matan; como verán, la lucha para combatir a los pobres es a lo largo y ancho del país, es una de nuestras promesas que estamos cumpliendo.
“También digo otra cosa muy linda, digo que la pareja es como el presidente y vicepresidente, sólo que aquí se aporta la visión femenina, desde luego la visión femenina la aporto yo porque soy la más femenina de la pareja”.