noviembre 29, 2005

México en la ruta de la revolución bolivariana

Enfrentamiento por el 2006
Publicado en la revista Vértigo

La carencia de tacto político del presidente Vicente Fox fue la cereza del pastel para el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Porque el desencuentro entre el presidente de México y el venezolano durante la iv Cumbre de las Américas, efectuada en Argentina, está claro que no es por mucho un asunto de diferencias diplomáticas por el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.
Nada más lejano que eso. Tiene que ver con un proceso político de mayor envergadura a nivel latinoamericano, y de la máxima prioridad en México por el proceso electoral de 2006.
El asunto tiene anclaje con la estrategia chavista de llamar la atención sobre el proyecto de la revolución bolivariana que desea exportar a los países de América Latina, pues frente a las elecciones que se realizarán en 2006 (México, Costa Rica, Nicaragua, Bolivia, Perú y Venezuela) existe el plan de que 75% del hemisferio se convierta en “gobiernos de izquierda”.
Pero también tiene que ver con la alianza llamada por los operadores políticos de George W. Bush como el Eje del Mal, es decir, con los gobiernos de Cuba y Venezuela, quienes invocando los afanes intervencionistas de Estados Unidos recurren a la misma estrategia de aquellos a quienes critican para imponer sus visiones parciales del mundo.
De tal forma que así como el gobierno estadunidense ha financiado gobiernos de gorilas y golpes de Estado en los países latinoamericanos y de otras latitudes a través de la Agencia Central de Inteligencia (cia), o con invasiones directas como actualmente sucede en Irak, anteriormente Cuba lo hizo con los escasos recursos que le quedaban por la colaboración rusa, cuando buscó exportar la Revolución Cubana lo mismo a Centroamérica o África. Hoy, con el motor económico de la Venezuela chavista, los dirigentes de ambos países procuran extender en América la revolución bolivariana.
De tal forma que así como ha sido reprobable la intromisión de Estados Unidos en los asuntos de México —incluido el financiamiento de campañas como se presume fue la del actual presidente, Vicente Fox— de la misma forma lo es, hoy, la de Cuba y Venezuela.
Se perdió el respeto
Pero antes un paréntesis. Cuba se guardó de entrometerse en los asuntos de nuestra nación por respeto inicialmente al general Lázaro Cárdenas y, más adelante, al capitán Fernando Gutiérrez Barrios, por la protección que ambos ofrecieron a Fidel Castro cuando fue detenido en 1956, meses antes de su partida en el yate Granma para internarse en la Sierra Maestra y hacer la revolución.
De hecho, con la complacencia de los círculos diplomáticos, de inteligencia y policiales mexicanos, durante muchos años actuaron en nuestro país los servicios de espionaje cubanos, que realizaron actividades delincuenciales para obtener recursos y financiar guerrillas como la sandinista en Nicaragua, de acuerdo con el relato realizado por Jorge Masetti en su libro El furor y el delirio: Itinerario de un hijo de la revolución cubana (Tusquets, 1999).
Pero fallecieron Cárdenas y Gutiérrez Barrios, y también asumió el gobierno mexicano un partido diferente al pri, con lo cual terminó el romance diplomático que hoy La Habana parece haber reiniciado con un nuevo-viejo pri, el que se adueñó del prd.
Injerencia internacional
Versiones de inteligencia internacional —no sólo la de Estados Unidos— detallan la “ayuda” económica que el gobierno de Venezuela entregó a la campaña presidencial del Partido del Trabajo en Brasil para llevar a la presidencia a Luis Inacio Lula da Silva.
No pocos mencionan la “colaboración” chavista en las revueltas de los líderes cocaleros en Bolivia. Y no menos sospechosa es la cercanía con Daniel Ortega en Nicaragua y Néstor Kirchner de Argentina, en esta especie de bloque que se conforma en el hemisferio junto con Uruguay y Chile, al grado que sus impulsores aseguran que antes de 2010, 75% del continente estará gobernado “por la izquierda”.
En el caso de México, aunado a los resbalones diplomáticos del presidente Vicente Fox y su equipo de colaboradores que llegaron al enfrentamiento con Cuba y Venezuela, hace algunos años también evaluaron el surgimiento de Andrés Manuel López Obrador como probable candidato presidencial; entonces comenzaron a apostarle.
La estrategia se circunscribió, por un lado, al golpeteo del gobierno de Fox y, a la vez, al apoyo del gobierno del Distrito Federal.
Cercanía GDF-Venezuela
Desde el anterior embajador venezolano, Lino Martínez, se inclinó la balanza de Caracas por un candidato a la presidencia de la república, pues antes de retirarse dijo que Andrés Manuel López Obrador era un rayo de luz para los ciudadanos mexicanos, frase que el ex gobernante del df retomó para asumirse como el “rayito de esperanza”.
Tal cercanía de la Venezuela de Chávez en México con el prd y sus principales candidatos, López Obrador y Marcelo Ebrard, no podía ser más evidente, ya no sólo tras la intervención del ex embajador Vladimir Villegas en un acto de conmemoración del asalto al cuartel Moncada el pasado 24 de julio, en el cierre del Festival Todo Cuba en Coyoacán, sino en la despedida que militantes del prd dieron la noche del lunes 14 al ex representante de ese país.
En Coyoacán, aquel domingo de julio, Ebrard dijo: “Que no se nos olvide, compañeras y compañeros. Si algún pueblo puede compartir el ideal de Bolívar es México y por eso tienen la recepción que tienen”.
De manera “circunstancial”, aquel domingo inició transmisiones para América Latina el canal multiestatal Telesur, que cuenta con aportaciones de capital de los países que han conformado el frente de izquierda en el Cono Sur: Venezuela, Argentina y Uruguay, además de Cuba.
En Caracas, la apertura fue encabezada por Hugo Chávez, su principal impulsor.
Ese día Marcelo Ebrard comentó en Coyoacán: “Nos da mucho gusto la noticia de que vamos a tener Telesur, o sea, un canal latinoamericano para todos los latinoamericanos, porque la información que a nosotros nos llega a México es la que quiere Estados Unidos, no lo que ustedes están haciendo”.
Y luego de asegurar que “nosotros tenemos ahora un gobierno federal vergonzante, enemigo de Cuba y Venezuela”, prometió seguramente en nombre de López Obrador que “el año que entra vamos a corregir que ese gobierno vergonzante ya no esté, vamos a tener un gobierno digno que defienda a América Latina”.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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