octubre 09, 2000

Habrían operado asesinato de Posadas los generales Quirós y Acosta Chaparro

El Cardenal Sandoval

Al ser cuestionado sobre la posible participación de los generales Francisco Humberto Quirós Hermosillo y Mario Arturo Acosta Chaparro en el operativo que privó de la vida al cardenal Posadas Ocampo, escrita en una ficha de inteligencia militar, su sucesor Juan Sandoval Íñiguez dijo saber nada.
En lo que está en los expedientes, que creo que también los conoce usted, en la entrevista o declaración del general Gutiérrez Rebollo, él no hizo mención a esto. No dio nada, no lo declaró. Sí hizo mención de que estuvo en el lugar de los hechos algo así como media hora o 40 minutos después de que sucedieron. Eso es lo único que le puedo decir a usted, porque yo no tengo conocimiento de este asunto.
Pero ¿qué opina usted al respecto de esta información?
Bueno, yo no sé quien la dará. -Es un parte militar, entregado por inteligencia militar al Secretario de la Defensa.
¿Cuándo le llegó (al secretario de la Defensa Nacional)?
No sé, quizá en marzo de 1998.
Pero tendría que haber una firma aquí. Yo no puedo decir si o no.


Ficha informativa de inteligencia militar los involucra

Habrían operado asesinato de Posadas los generales Quirós y Acosta Chaparro

La PGR nunca investigó la línea de los militares en el homicidio del cardenal,
pero a decir del representante del gobierno de Jalisco, son necesarios nuevos
testimonios para ahondar en esa ruta y establecer una certeza jurídica

GUADALAJARA.- La participación de los militares Francisco Humberto Quirós Hermosillo y Mario Arturo Acosta Chaparro en el operativo comando para asesinar al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, la tarde del 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara, es una línea de investigación nunca considerada por la Procuraduría General de la República, pese a la existencia de elementos en la averiguación previa, presentados como indicios susceptibles de ser ampliados con nuevos testimonios.
Altos mandos en la llamada Brigada Blanca, organización paramilitar que se dedicó a realizar los trabajos sucios en el combate a la guerrilla de los años setenta, y que al parecer continuaron operando para los diferentes gobiernos de Guerrero en los últimos años, Quirós Hermosillo y Acosta Chaparro son mencionados por una tarjeta informativa de la Sección Segunda (Inteligencia) del Ejército mexicano, como participantes en el operativo que privó de la vida al cardenal arzobispo de Guadalajara y a seis personas más, cuando aquella tarde confluyeron en el aeropuerto las bandas de los narcotraficantes hermanos Arellano Félix y Joaquín El Chapo Guzmán Loera, además del entonces nuncio apostólico Girolamo Prigione, a quien iría a recoger Posadas Ocampo.
La novena y última ficha de una tarjeta informativa existente en los archivos
de la Secretaría de la Defensa Nacional, cuya copia tiene en su poder México HOY, destaca que en el grupo de inteligencia militar "se tiene conocimiento" de la participación de los militares mencionados en el operativo que salió de la sede castrense en Jalisco, la cual en aquellos días era comandada por el general diplomado del Estado Mayor, Jesús Héctor Gutiérrez Rebollo, preso actualmente y sentenciado a más de 70 años de cárcel por presuntamente haber colaborado en acciones de narcotráfico y protección al narcotraficante Amado Carrillo Fuentes. ?Habría que verificar formalmente su existencia, pero no es tan descabellado lo que ahí se señala, y de verificarse que ese informe existe, hay elementos en la averiguación previa que aportan a esa línea de investigación que pudiera contribuir o corroborar lo que ahí se afirma?, expresa el ex secretario general de Gobierno del estado de Jalisco y actual candidato plurinominal al Congreso local por el Partido Acción Nacional, Fernando Guzmán Pérez Peláez, al tener en sus manos la ficha. Participaron pero no participaron De acuerdo también con información en poder de este diario, durante el interrogatorio que miembros de la Comisión Interinstitucional para el seguimiento de las investigaciones del caso Posadas Ocampo realizaron a un grupo de agentes de la Policía Judicial Federal, en noviembre de 1998 el agente del Ministerio Público, Cuauhtémoc Sánchez, intimidó a uno de los abogados del gobierno de Jalisco y del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, precisamente cuando cuestionaba a los policías sobre la presunta participación de miembros del Ejército en el atentado. ?Los militares participaron pero no participaron, ya no te metas ni preguntes porque queda la constancia de las preguntas que tú les formulas y ellos se pueden llegar a enterar?, expresó Cuauhtémoc Sánchez en tono intimidatorio al abogado José Antonio Ortega Sánchez. Tal amenaza fue dada a conocer por los miembros del equipo representante del estado de Jalisco a Jorge Madrazo Cuéllar durante una de las distintas reuniones sostenidas y a los pocos días el procurador general de la República ordenó la separación de Cuauhtémoc Sánchez de los trabajos de la Comisión Interinstitucional. ?Si no en forma de certeza jurídica, sí estamos ante indicios que se necesitan ampliar con nuevos testimonios?, comenta Guzmán Pérez Peláez, quien desde el Congreso de Jalisco en su anterior participación legislativa, fue quien coordinó a la comisión de seguimiento al caso Posadas Ocampo. Los militares y la Brigada Blanca Precisamente, en el informe final sobre los trabajos de la Comisión Interinstitucional, el Gobierno de Jalisco deja a la vista algunos indicios sobre la participación de militares y, entre ellos, de algunos participantes en la Brigada Blanca. Y aunque los representantes de Jalisco consideran que Marco Enrique Torres García es un ?testigo sembrado? para desacreditar la seriedad de las conclusiones de la Comisión Interinstitucional, hay ciertos detalles en su declaración que parecen tener veracidad y por lo tanto debe ampliarse su investigación. Precisamente a partir de la declaración de Torres García podría presumirse la presencia y acción contra el cardenal de un tercer grupo, en este caso, de un comando militar o la paramilitar y famosa Brigada Blanca. En su manifestación ante representantes de la Comisión Interinstitucional y la colaboración del agente especial de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), John J. Deleon III, se asentó que Marco Enrique Torres ?desea aclarar que él también es ex militar, que fue sargento, y que prestó sus servicios en la Ciudad de México, en Querétaro y Michoacán, específicamente en Morelia?. Además, que ?estuvo en el Ejército en el 68, que participó en los disturbios estudiantiles en contra de los estudiantes, realizando ?trabajos sucios? para el gobierno, por lo cual tuvo que salir del país?. Regresó a México en 1970 para combatir la guerrilla de la Liga 23 de Septiembre y en 1971 reprimió los disturbios de los maestros (al parecer se refiere al Jueves de Corpus, cuando un grupo paramilitar reprimió las manifestaciones de estudiantes cerca de la Normal de Maestros), volviendo de nuevo a Estados Unidos en 1972. Posteriormente, al retornar nuevamente a México, ?se incorporó a la ?Brigada Blanca? que es un grupo militar del gobierno; que permaneció en la ?Brigada Blanca? hasta 1982 en que se retiró; que todo ese tiempo estuvo activo en el Ejército mexicano?. La imputación de Torres García Quizá la Procuraduría General de la República pero, de hecho, los integrantes de la Comisión Interinstitucional y, sobre todo, los representantes de la PGR, ya conocían el informe militar, pero nunca ahondaron en la investigación. En su declaración ministerial realizada desde las 11:30 horas del 21 de mayo de 1999 en la ciudad de Chicago, Illinois, dentro de la ampliación de la averiguación previa SE/001/95, Marco Enrique Torres García declaró conocer al general Mario Arturo Acosta Chaparro. En la decimoséptima pregunta se le cuestionó si conoce al general Mario Arturo Acosta Chaparro y la respuesta fue: ?Que sí lo conoce, que el declarante no sabe hasta dónde haya estado metido en los hechos en que perdiera la vida del cardenal Posadas Ocampo, pero el general Acosta Chaparro estaba siempre pegado con el general Carrillo Olea, que los veía juntos en el campo militar o en Cuernavaca?. Aquí lo importante es que la declaración de Marco Enrique Torres García, sea ?testigo sembrado? o no, fue entregada por la PGR a los órganos del fuero de Guerra y precisamente fue una de las aportaciones con las cuales la Procuraduría de Justicia Militar determinó proceder en contra de Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo el pasado 30 de agosto, al acusarlos de actividades de narcotráfico, protección a la banda de Amado Carrillo y de participar en los crímenes descubiertos en las narcofosas de Ciudad Juárez. En su declaración ministerial como testigo protegido, Torres García refiere que participó en una serie de actividades previas al asesinato del cardenal Posadas Ocampo, en un comando operado por el teniente Carlos Carrillo, quien se decía sobrino del ex gobernador de Morelos, Jorge Carrillo Olea, quien le daba instrucciones. Los Salinas Presuntamente los motivos del atentado fueron porque Posadas Ocampo tenía en su poder información comprometedora para Raúl Salinas de Gortari y su hermano el ex presidente Carlos Salinas, sobre su presunta relación con las bandas mexicanas de narcotraficantes, secuestradores y el resto de negocios ilícitos del llamado hermano incómodo. Por ello, este grupo intentó hablar con el cardenal para que entregara la información que poseía, pero un ?monseñor? colaborador de Posadas Ocampo respondió que nada había qué tratar con ellos porque nada sabía ni tenía. Por ese motivo realizaron un operativo para introducirse a la casa del cardenal, en Tlaquepaque, con el fin de encontrar los documentos comprometedores. Sin embargo, al no encontrarlos, fue que Carlos Carrillo, según le confió éste a Torres García pues el declarante no estuvo presente en el operativo, acompañado por otros cuatro sujetos, todos vestidos con uniforme militar color negro, mató al cardenal con una ametralladora cuerno de chivo, la que metió incluso dentro del auto Grand Marquis blanco donde viajaba el prelado. Asimismo, ?que el declarante desea manifestar que había otro militar de apellido Castillo, sobrino de Ricardo Castillo, quien tenía grado al parecer de coronel. Que la función de Castillo era conseguir uniformes e insignias militares para uniformar a la gente de los Arellano Félix; que Castillo no participó en los hechos en que perdiera la vida el cardenal Posadas?. En varias oportunidades Torres García ratificó que Carlos Carrillo fue quien victimó, con una cuerno de chivo, al cardenal. Y Carlos Carrillo era el cabeza del grupo de ex militares y militares que actuó en la muerte del cardenal. Además, en la página 25 de su declaración manifestó ?que el grupo de militares y ex militares al que pertenecía, se les denominaba la ?Brigada Blanca??. Más adelante, Torres involucra también a Horacio Montenegro, quien presuntamente estaba comisionado en Culiacán, como la persona que patrulló la ciudad antes de la muerte del cardenal, y que fue quien enseñó a Carlos Carrillo todas las salidas de Guadalajara. Montenegro, sin embargo, era el brazo derecho del general Gutiérrez Rebollo y uno de los principales investigadores del asesinato del cardenal durante los primeros 20 o 24 días posteriores. Asimismo, hace el involucramiento de Horacio Montenegro con el grupo de narcotraficantes como los Arellano Félix, El Chapo Guzmán y Amado Carrillo, a quienes ?les daba protección?. Además, manifiesta que un desertor del Ejército, de apellido Macías, era el experto en colgarse de los teléfonos y el del cardenal lo tenía intervenido. Otros indicios En las conclusiones finales al trabajo realizado durante dos años, la Comisión Especial del Estado de Jalisco le señaló a la procuraduría, entre otras cosas, las siguientes: ?6.- Que se investigaran las insignias militares y policiales que se encontraron en el aeropuerto?. Además, Edgar Nicolás (Eduardo) Mariscal Rábago El Negro, quien presuntamente formaba parte de la banda de Humberto Rodríguez Bañuelos La Rana, refirió que había prestado sus servicios en el Ejército, y ese día llevaba consigo un fusil automático tipo R15 sin matrícula, que era el arma que siempre usaba cuando eran llamados para algún trabajo requerido por La Rana. Asimismo, dijo que entre sus compañeros que iban a prestar protección a los hermanos Ramón y Javier Arellano Félix, ?unos iban vestidos de militares, y llevaban radios portátiles, teléfonos celulares, gorras, chamarras?. Por otro lado, el abogado José Alfredo Andrade Bojórgez, manifestó en declaración: ?... un tercer grupo vestido de norteños sin ser de un estado del norte de la República, atentaron directamente en contra del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo; que esta versión la manifestó Amado Carrillo el mismo día de los hechos después de realizar llamadas telefónicas a autoridades militares, corporaciones policiacas y a grupos delictivos de dicha entidad federativa...? En una entrevista con México HOY antes de su desaparición física, y al comentar algunos de los detalles manifestados en su libro Desde Navolato vengo. La historia secreta del narco, Andrade Bojórgez dio a conocer que un grupo de militares actuaron aquella ocasión en el aeropuerto, y que incluso frente a la entrada de la terminal fueron acomodadas una serie de camionetas blindadas de las que usan los servicios de protección de dinero, para evitar que los disparos pudieran lesionar a más gente dentro de los pasillos. Asimismo, en su declaración Juan Manuel Samudio Bustamante, policía federal de Caminos que estuvo presente en el aeropuerto el día de los hechos declaró: ?... que el encargado de Telégrafos del aeropuerto le comentó al externante que al salir a comer antes de todos los hechos, pudo observar cómo en el interior del estacionamiento se encontraban dos sujetos en el interior de un vehículo grande color café, sin precisar marca, sujetos que al bajarse sacaban dentro de sus ropas unas armas largas con vestimenta tipo militar...? Recuadro La ficha informativa Una tarjeta informativa de la sección Segunda de Inteligencia Militar, la cual se titula: ?En este informe se relacionan militares con el narcotráfico?, en la novena y última de las fichas se lee lo siguiente: ?En otra investigación realizada, se tiene conocimiento que de la sede militar de Jalisco salió un operativo, en el cual participaron militares, para finalmente llevar a cabo el homicidio del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, por lo que informo a usted que se tiene conocimiento que en (el) atentado participaron el general ACOSTA CHAPARRO y el general QUIROs HERMOSILLO, los cuales son protegidos del señor Javier García Paniagua, el general QUIROS HERMOSILLO desde 1968 fue un incondicional, al igual que protegido del general GARCIA BARRAGAN, el cual fungió como secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz?.

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